30 nov 2011

Camino erróneo


Leyendo hoy sobre las posibles decisiones que tome el nuevo gobierno con respecto a la prensa me ha venido un pensamiento verdaderamente entristecedor (esperanzador para otros).
Todo, a raíz de la pregunta ¿alguien espera que el nuevo gobierno mejore en algo la sociedad que conocíamos hace unos años? ¿o más bien se espera que intente capear el temporal como pueda hasta volver a ponernos rumbo a la forma de vivir en 2004? Es más, ¿algún gobierno en los últimos 20 años (lo que más o menos alcanza mi memoria política) lo ha intentado?
La respuesta, bajo mi punto de vista, es que no. Es verdad que se ha avanzado en algunas cosas. El PSOE se vanagloria de sus leyes a favor del matrimonio homosexual, de la memoria histórica o de la dependencia,pero no me parece que eso sea parte de un cambio profundo. El matrimonio homosexual es algo en lo que no tendría que existir ningún tipo de discusión, aquí quien quiera que se case y quien no que no lo haga, y con quién lo haga cada uno es cosa suya. Esto, a pesar de que el nuevo gobierno amenace con cambiar el nombre del contrato adquirido por una pareja homosexual. Bajo mi punto de vista, el matrimonio per sé es un tipo de unión totalmente desfasada y que casi podría calificarse de “error fatal” por parte de una pareja. Pero oiga, ¿quién soy yo, ni nadie, para evitar que cada uno se “equivoque” cómo quiera?
La ley de la memoria histórica, si bien me parece que es necesaria, se me queda un poco corta. Sobretodo la manera en que se ha ejecutado. Hoy, sin ir más lejos, se ha hecho público un informe que “recomienda que se exhume el cadáver del dictador del Valle de los Caídos”, pero deja en manos de la Iglesia la última decisión. ¿Alguien será capaz siquiera de imaginar qué va a hacer la Iglesia al respecto? Yo sí, oídos sordos. Esta ley, a pesar de buscar justicia, se queda en eso, justicia para una Memoria, que si bien es necesaria, no intenta más que dejar al bando perdedor un poco más tranquilo.
La ley de la dependencia sí que puede ser algo que forme parte de una verdadera transformación social, pero claro, eso siempre y cuando cuente con los fondos suficientes para que se aplique correctamente y tenga un alcance universal en el Estado, cosa que no ha sucedido.
Más allá de estas tres leyes, de la que sólo una considero transformadora, el objetivo del PSOE es el mismo que tendrá el PP, buscar hacer de este Estado un modelo productivo, en el que volvamos a las cifras de crecimiento de principio de siglo, pero también a esa sociedad, donde ,si bien, quizás muchos de nosotros vivíamos mejor de lo que lo hacemos ahora, las circunstancias actuales propias nos deberían ayudar a ver cómo vivía gran cantidad de gente ajena a nosotros. Esa sociedad en la que para que unos tengan mucho, otros deben tener poco o casi nada. Y hacia esa sociedad nos encaminamos otra vez mientras los que gobiernen sean los mismos.
Sin embargo hay opciones, como Izquierda Unida o Izquierda Anticapitalista, que miran más allá. Que nos intentan mostrar que este sistema ha fallado, y que no hace falta remendarlo, sino que podemos cambiarlo en su práctica totalidad. Un sistema donde no tengamos que estar a la expectativa de la siguiente crisis de los mercados para calibrar nuestro nivel de vida, donde las oportunidades se repartan entre todos, teniendo todos acceso a servicios públicos que nunca deberían ponerse en tela de juicio (vivienda, educación, sanidad,...).
Mientras sigan los mismos esto no podrá cambiar, y mal hacemos si lo esperamos, pero podemos, y debemos, seguir luchando para que, entre todos, consigamos por fin lograr el cambio profundo que nos traiga una sociedad mejor de la que hemos conocido.


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