10 nov 2011

En todos los frentes




En la calle y en las urnas. Es uno de los lemas que nos presenta Izquierda Unida en su campaña, pero es una frase que puede tomar prestada también la gente que no quiera votar a la coalición de izquierdas. Últimamente, con motivo de las próximas elecciones, he leído en algunos blogs gente llamando al voto en blanco o al voto nulo. Si bien entiendo el hastío político en el que debe vivir gran parte de la ciudadanía que le invita a hacer cualquiera de las dos cosas, yo no creo que sea la mejor vía contra este sistema bipartidista y voy a explicarlo.

En España, y en gran parte del mundo, el movimiento que nació a raíz del 15-M ha puesto en relieve la indignación de gran parte de la ciudadanía. Esta ciudadanía ha tomado la bella costumbre de hacer política al margen del Congreso de los diputados (cosa que me encanta, que aplaudo y de la que he participado). Todos nos hemos dado cuenta de que el Parlamento no nos representa. Hemos sido conscientes de que la democracia en la que supuestamente vivíamos era una burbuja tan frágil como la inmobiliaria. Un lugar donde podíamos ir a votar cada cuatro años para que siempre se repartieran el pastel dos de los comensales, dejando de lado a los hambrientos representantes que muchos ciudadanos elegíamos.

A raíz de ese movimiento han nacido muchas propuestas para intentar cambiar las cosas, desde la calle. Con ese sentimiento yo estoy muy de acuerdo, pero, por desgracia, en nuestro sistema actual mucho me temo que las concentraciones pacíficas en las calles no conseguirán el cambio profundo que requiere este sistema y esta sociedad. Tampoco creo que sea el momento de dedicarnos a comprar AK-47 para empezar a organizar la revolución armada, al menos por ahora. Pero también estoy convencido de que simplemente yendo a votar no vamos a conseguir el ansiado cambio.

Es por ello que creo que, dejando de lado por el momento la revolución armada, debemos pelear en los otros dos frentes simultáneamente. Hay que votar, pero no hay que votarles a ellos (PP, PSOE, CIU, PNV, CC-NC). Tenemos que ir el 20-N a dar el apoyo en las urnas a alguna opción diferente (IU, IA, Equo, Pirates, UPyD,...) que nos devuelva parte de nuestro poder (aquí podemos ver nuestra opción más cercana en cada provincia). Sobretodo, debemos intentar votar a esos partidos que claman por una democracia participativa con la que demos los primeros pasos para que sea escuchada la voz de nuestras plazas. El voto en blanco y la abstención facilita el acceso al poder a los partidos que no queremos y perjudica a los pequeños. El voto nulo, si bien no perjudica a los pequeños es una rabieta, que si bien comprensible, no ayuda a los partidos pequeños a superar esa barrera electoral necesaria para tener representatividad parlamentaria. Por algún lado he visto la opción de “Escaños en blanco” que proponen no ocupar los escaños que saquen y no beneficiarse de los sueldos públicos en señal de protesta, pero qué ganamos teniendo tantos votos menos como escaños saque este partido a la hora de votar una ley que recorte el gasto en Sanidad, una ley que favorezca la concertación educativa en vez de una Educación Pública, una ley que favorezca el mecenazgo en la Cultura y por lo tanto su elitización, una ley que me impida a mí y a ti escribir en un blog lo que libremente pensamos porque la red dejará de ser nuestro lugar libre para expresarnos.

No reclamo el voto para ningún partido en concreto, pido que #nolesvotes a ellos, pido que sigamos adelante con la #Op20N y que nos informemos de la #AritmEtica20N y que les quitemos poder. Y sí que pido que nos apliquemos el lema de IU (aunque algunos no le voten): En la calle y en las urnas, rebélate!

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