El PP lleva en su programa cultural el fomentar el mecenazgo para que el mundo de la cultura se desligue de la vida subvencionada y que la empresa privada vaya asumiendo los costes de los programas culturales.
Miedo me da a mí esa cultura. El mecenazgo ya se dio fuertemente hace siglos, en el que la aristocracia subvencionaba a los grandes artistas para conseguir preciosos frescos en sus palacios o iglesias, retratos de familia reales de una calidad exquisita o conciertos de piano de los mejores compositores en su salón de invitados. Maravillosos artistas quedaban a expensas de lo que sus mecenas quisieran de ellos, cortando de raíz la libertad del propio artista y la posibilidad del pueblo de disfrutar de ese arte. Eso es lo que viene con estas políticas culturales, y para muestra un botón. Este fin de semana se ha celebrado en Las Palmas de Gran Canaria el conocidísimo festival internacional WOMAD (World Of Music, Arts and Dance). Este festival se ha venido desarrollando en la ciudad capitalina desde hace 1993, pero este año ha dejado de ser un festival desarrollado durante cuatro días a ser una fiesta de un día. El WOMAD ha sido una fiesta para todo el pueblo, y gente de otras islas, provincias e incluso países, se desplazan a la isla de Gran Canaria para disfrutar de él. Al entrar el PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria puso en entredicho la sostenibilidad económica del festival y corrió peligro su celebración (aunque sea en formato fiesta y no festival). Finalmente, después de reducir de 610.000 euros a 250.000 euros el presupuesto, llegó incluso a plantearse cambiarle totalmente el espíritu al convertirlo en una fiesta con pago de entrada, lo cual, para quien haya estado alguna vez en este festival, sabe que hace que se cambia totalmente el concepto del mismo. En la otra cara de la moneda, el Ayuntamiento sigue pagando subvenciones de un valor muchísimo más alto a teatros para que traigan óperas y montajes de primer nivel. No me malinterpreten, me encanta que se haga eso, y cuando he podido he disfrutado de algún espectáculo de esta índole, pero coincidirán conmigo en que esto no es cultura popular. Es una cultura que está al alcance de un determinado sector social que cada día está más alejado de la mayoría del pueblo. Además, empresas privadas ayudan a financiar también estos montajes. Está más que claro que a determinado banco o gran almacén no le viene mal poder invitar a un buen cliente a una ópera. Además, ¿cómo va a financiar, por ejemplo, un banco, una obra teatral que sea crítica con el sistema financiero actual? ¿Cómo va a financiar un gran almacén un concierto de un grupo con letras que critican el consumismo? ¿Qué empresa va a querer sentirse relacionada con un fotógrafo que quiera hacer una exposición que ponga en relieve las injusticias y desigualdades sociales? ¿Qué pasará cuando el mecenazgo siga sin hacerse cargo, porque no puede o simplemente no le interesa esa expresión cultural, del WOMAD, Carnavales, etc? Pues pasará que desaparecerán estos eventos y tendremos cada vez a un pueblo cada vez más alejado de la cultura, y tendremos a artistas trabajando por encargo y sin poder desarrollar el espíritu crítico.
PD - El Gobierno de Canarias aprobó una reducción del 65% en cultura en los presupuestos con la aprobación de Coalición Canaria y PSOE.
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