15 nov 2011

¿Ahora sí?



A medida que se acerca el 20 de noviembre, y con esta fecha las elecciones generales, he visto, oído o leído a votantes o militantes del PSOE que, temiendo la fuga de votos de izquierda hacia otras fuerzas (muchos a Izquierda Unida), critican que IU en Extremadura haya pactado con el PP o que no se ofrezca una hoja en blanco en caso de poder gobernar en coalición con el PSOE después del 20-N. Tantas veces he intentado explicar mi punto de vista al respecto, que he decidido escribirlo aquí para poder remitirme simplemente a este post.
Nadie puede quitarle al PSOE su historia (aunque parece ser que ellos, hoy por hoy, la respetan bien poco), y, si bien en su momento fue un partido de izquierdas, obrero y marxista, hoy poco le queda de eso. El PSOE ha gobernado todos los años de “democracia” española, excepto los ocho años de gobierno de Aznar, y ¿qué políticas han traído esos años? Privatizaciones de sectores estratégicos para el Estado, integración en la OTAN, corrupción y terrorismo de Estado de mano del gobierno de Felipe González, y de mano de Zapatero se siguió la sumisión a la OTAN (con el último acto estelar del escudo de misiles en Rota y la participación activa en los asesinatos en Libia), destrucción empleo y tejido productivo (que si bien la crisis no es culpa suya sí es su responsabilidad el cómo enfrentarse a ella), perpetuación de corrupción, vulneración (más si cabe) de la democracia, bajada de pantalones ante los mercados y los mandamases europeos, etc. A parte de eso ha tenido algunas medidas, curiosamente las que más nombran, que más que de izquierdas me parecen de sentido común, como puede ser la aprobación del matrimonio homosexual, nueva legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo (que ya iba siendo hora), ley de memoria histórica (que se han pasado por el forro de los programas a la hora de cumplirla) y ley de la dependencia (que sí es una medida de justicia social, quizás más demandada por la izquierda, pero aprobar la ley no conlleva el cumplimiento, ya que por falta de inversión siguen sin ser atendidos muchos dependientes que pueden acogerse a esta ley). De los años de Aznar no voy ni a hablar, porque tampoco es el tema de este post (pero desde luego mejor no hizo las cosas).
El PSOE, durante estos gobiernos no ha mirado a su izquierda nunca. Ha creído muerta a Izquierda Unida, y prácticamente ha huído de ella a no ser que necesitara imperiosamente el poco apoyo que ésta podía ofrecerle en el Congreso. Tanto ha descuidado su izquierda que se han perdido el sentido ambidiestro que tanto practican (hablando con la izquierda y actuando con la derecha). Ahora su lado izquierdo sólo sirve de barniz, y en nombre de ese “nuevo brillo” quieren que IU esté dispuesta a sumarse a ellos si hace falta. Izquierda Unida no puede ni debe ofrecer preferencia de pacto al PSOE. Con ello no quiero decir que tenga que ofrecérsela al PP, simplemente creo que ya no estamos en la teoría de las dos orillas. Sólo hay una orilla, a la que han llegado remando conjuntamente el PP y el PSOE, pero IU sigue navegando, mar adentro en busca de una costa diferente.
¿Puede haber pactos? Por supuesto, pero nada de hojas en blanco. Izquierda Unida se debe a su programa, desarrollado desde las bases y con agentes externos a la organización, y si le tiende la mano a alguien debe ser a quien esté dispuesto a aceptar parte de ese programa (obviamente no podemos pedir una aceptación entera porque también se deben ellos a sus votantes, pero sí un acuerdo de mínimo y obligado cumplimiento).

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