21 sept 2011

De acuerdo sí, pero...



Ayer me leí el libro “¡Indignaos!” de Stéphane Hessel y con prólogo de José Luis Sampedro. En primer lugar quiero compartir con ustedes algo que les recomiendo que hagan siempre que puedan. En vez de leerlo en la tranquilidad de mi casa lo hice en la calle. Caminé por el casco antiguo de mi ciudad, busqué un banco a la sombra en una calle agradable y tranquila, me encendí un cigarro y empecé a leer. Creo que este libro se merecía ser leído mientras uno observa cómo se mueve su entorno, cómo pasan a su lado todo tipo de personas y el comportamiento que parecen adoptar ante determinadas situaciones. En fin, prueben la lectura en las calles de su ciudad, es una experiencia diferenta y muy gratificante.
Ahora hablemos sobre el libro. Después de leerlo estuve comentando el por qué este libro ha sido clave en el desarrollo de las movilizaciones que se están llevando a cabo en España, y otras partes del mundo, desde la primavera de 2011 (y la llamo así y no el 15-M porque creo que empezamos a ser dignos de asumir el nombre de “primavera” como aquélla del 68, además de que está claro que aunque el percutor se accionó ese día el movimiento se venía gestando desde mucho antes). En la discusión convenimos que el libro no aportada nada excesivamente nuevo, y que tal vez “sólo” era realmente interesante por la autoridad que le da al autor poder hablarnos de todos esos temas desde las experiencias vividas. Sin embargo yo creo que hay algunas otras cosas. En primer lugar el libro, al que llamo así por su formato de edición, ya que podría ser un artículo o simplemente un folleto, está muy bien sintetizado. No se extiendo en datos e historias que distraigan al lector menos experto del objetivo y que desalienten a los indecisos a leerlo. Es claro, directo y comprensible por el lector menos avezado. Por otro lado, a la juventud nos sienta bien que, si bien es verdad eso de que los mayores ya lucharon y ahora nos toca a nosotros, se nos diga que el enemigo al que nos enfrentamos, aunque parezca menos violento que los gigantes pasados, es tan complejo e intangible que hace de la lucha una tarea bastante difícil. El libro nos anima a indignarnos, obviamente, a que nos despertemos un poco del individualismo y del letargo para ver todos los avances que nos están usurpando de forma completamente deliberada.
De todas formas hay algunas cosas en las que no estoy de acuerdo 100% con el texto. En primer lugar, creo que el autor utiliza el término “terrorismo” haciendo referencia a algunos grupos que bajo mi punto de vista, quizás errado, no lo son. Es el caso de Hamás. ¿Cómo un grupo elegido por su pueblo para gobernarles, y que utiliza la violencia para repeler el ataque de un país invasor mientras la comunidad internacional le da totalmente de lado puede ser considerado terrorista? Quizás el problema simplemente se la definición que le daría yo a terrorismo y no discrepancia de conceptos, ya que el autor no desautoriza la defensa del pueblo palestino.
Por otro lado se comenta continuamente que la acción debe ser no violenta. Casi toda mi vida he pensado así, que la violencia no nos lleva a ningún sitio, que ojo por ojo el mundo acabará ciego y que a los violentos hay que responderles con armas distintas. Sin embargo, más viendo el desarrollo de los acontecimientos a partir de la Primavera de 2011, viendo los desalojos policiales absolutamente violentos de las acampadas y las manifestaciones, empiezo a considerar que, si bien hay que agotar la vía no violenta, una vez acabada ésta la vía violenta empieza a cobrar sentido. Ojo por ojo el mundo acabará ciego, pero una vez que me abofeteas no voy a poner la otra mejilla.
A pesar de las pequeñas discrepancias he de decir que es un texto bastante alentador, y totalmente recomendable para cualquiera que sienta que este sistema le está fallando.

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