3 dic 2011

Paja en el ojo ajeno


Esta semana han trascendido algunas noticias concernientes al plan de pensiones privado que se ofrece a los diputados en el Congreso. Como casi todos sabrán, dos diputados de Izquierda Unida, Cayo Lara y Alberto Garzón, fueron los primeros en renunciar a este plan de pensiones por motivos ideológicos, como bien explica el señor Garzón en su blog. Se suponía que todos los diputados del grupo de Izquierda Unida harían lo propio y en los siguientes días seguirían los pasos del coordinador general y el diputado por Málaga. Sin embargo, saltó la noticia al saberse que el diputado por Asturias, Gaspar Llamazares, no renunciaba a dicho plan.
Pronto han saltado las críticas hacia el señor Llamazares y hacia la organización, hablando de la desunión dentro de IU o la falta de congruencia del diputado por no renunciar al plan de pensiones privado. Creo que las cosas hay que verlas con un poco de perspectiva y no lanzarse todos a yugulares a la primera de cambio, aunque sepamos que en este país eso es deporte nacional. Según creo (y acepto correcciones a este respecto) no existen diputados de otras organizaciones políticas que renuncien a ese plan de pensiones, y que yo sepa ninguno llevaba en su programa el acabar con el sistema de pensiones público, por lo que entonces estaríamos hablando de incongruencia general, y sólo coherencia programática de unos pocos diputados, los de IU. Por otro lado, creo que evaluando esto, o magnificándolo, estamos sobrepasando la línea de lo personal. Al señor Llamazares le podemos exigir (y a todos los diputados) absoluta transparencia de cuentas, pero no podemos crucificarle por tener contratado un plan de pensiones privado. Además, tenemos que considerar la trayectoria política, en la que ha defendido, no sólo que se sostenga el sistema público de pensiones, sino que se mejore.
Yo, personalmente, estaría más en la línea que han seguido Lara y compañía y renunciaría a ese plan de pensiones exactamente por los mismo motivos que lo han hecho ellos, pero no estoy en disposición de juzgar a nadie por hacer lo contrario, de igual modo que no juzgo a nadie que tenga una cuenta en un banco o caja a pesar de defender la creación una banca pública, ya que no espero que guarde sus ahorros en el colchón por la inexistencia de la banca pública.
Como he comentado, no estamos hablando de que todos los diputados hayan renunciado a sus pensiones privadas y el señor Llamazares no, estamos hablando de que ningún partido lo ha hecho a excepción de algunos diputados de IU, pero no he escuchado ni una sola crítica arrojada hacia Rubalcaba y compañía, próceres defensores del sistema de pensiones público durante su campaña, ni el PP, que ha jurado y perjurado que las pensiones no piensan ponerlas en peligro, etc.
Lo que deben advertir es que en IU hay una pluralidad que ya le gustaría a más de un partido, y la decisiones personales, o ciertas discrepancias que no pongan en tela de juicio el compromiso programático de la organización, no son motivo de persecución, expulsión o similar. A pesar de cómo quieran pintarlo, la desunión de la izquierda, si bien en todo el Estado aún no se ha logrado totalmente, está superada. El proceso refundacional de IU ha sido un soplo de aire fresco. Corrijo, está siendo, porque queda mucho por hacer en la Refundación. Los medios hablarán de discrepancias en el grupo parlamentario, hablarán de la desunión por venir algunos de corrientes diferentes y seguirán intentando ver la paja en el ojo ajeno mientras ignoran la viga en el propio.

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