Enésima reunión para salvar a Europa de la debacle. Los anfitriones, como siempre, son Merkel y Sarkozy. Tienen la receta definitiva y definitoria. Han estado cocinando el plato que saciará nuestros estómagos, por lo menos hasta la próxima comitiva.
En cualquier medio podemos leer que de aquí saldrán las soluciones que tendrán que adoptar todos los países de la UE. Muchos sabemos ya por dónde van a venir los tiros, nos van a mandar a apretar el cinturón, sin darse cuenta de que dejamos de utilizarlo cuando tuvimos que vender nuestros pantalones.
Sin embargo, vamos a imaginarnos algo diferente (yo soy mucho de imaginar situaciones cuando sé que la realidad no dará la talla). Se imaginan que hoy salgan los anfitriones, la doble entente a la que hemos denominado Merkozy (me suena tanto a “mercado” que a veces me asusta sólo leerlo), de la reunión y se planten delante de la prensa mundial haciendo público un comunicado algo similar al siguiente:
Después de diversos intentos fallidos de reflotar el mercado salvando a los bancos y muchas reuniones donde hemos tomado las decisiones que se han mostrado incorrectas, hemos decidido dar un giro de timón, para intentar poner este barco rumbo a tierras mejores y alejarnos de esas rocas que se nos vienen encima. En primer lugar, vamos a exigir que todo el dinero que hemos inyectado a los bancos sea devuelto de forma íntegra, y el banco que no pueda asumir sus pérdidas será nacionalizado por el Estado miembro donde tenga la residencia dicho banco. El techo del déficit no vamos a tocarlo, cada país es soberano para hacer lo que considere más apropiado por el partido elegido por su ciudadanía, aunque queremos advertir de lo desfasados que están algunos sistemas electorales, como puede ser en ese país que tanta confianza nos está empezando a generar como es España. En cuanto a Italia y Grecia, Monti y Papademos pueden ir haciendo las maletas, y aconsejamos una convocatoria electoral por parte de los parlamentos de estos países para formar gobiernos acordes con la voluntad popular.
Desde la UE queremos también dejar claro que el modelo laboral que tenemos actualmente no funciona, y hay que acometer una reforma profunda. En primer lugar vamos a reducir la jornada laboral. Es inviable que ante la escasez de puestos de trabajo haya personas realizando jornadas laborales de 40 horas semanales. Es por ello que se instaurará un tope semanal de 35 horas semanales, aunque recomendamos que se ajusten a 30. El salario no se modificará, es más, el salario mínimo interprofesional se equilibrará en toda la UE, no siendo inferior nunca a 1200 euros. Este salario mínimo será revisado anualmente, siendo incrementado, por lo menos en el nivel que lo haga el IPC. Por otro lado, la edad de jubilación habrá que cambiarla, y nadie deberá trabajar después de los 60 años, teniendo garantizado un plan de pensiones público digno a partir de esa edad que garantice que una persona que ha dedicado muchos años de su vida a trabajar, y pagar impuestos al Estado, viva dignamente.
Además de estas medidas, recomendamos que los servicios sociales sean asumidos por cada uno de los estados miembros de forma pública, garantizando así a todos los ciudadanos de la UE a tener una cobertura social digna, tanto en Sanidad, Educación, Vivienda, etc.
Por otro lado, vamos a abrir un nuevo proceso constituyente en la UE en el que cada Estado miembro tendrá el mismo peso, para evitar que en el futuro se vuelvan a centralizar las decisiones mediante un núcleo duro.
Por último, comunicar que toda la cúpula del Banco Central Europeo será despedida por incompetencia y por intentar manipular la voluntad política de los Estados miembros.
A partir de ahora esta será nuestra línea de trabajo. Que la crisis la pague quien la ha causado
Quizás así me empezara a creer que realmente pueden solucionar algo. Soñar es gratis, al menos por el momento (no descarto que se criminalice a uno por soñador o se empiece a cobrar una tasa por sueño obrero).
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