Desde mayo de este año, más o menos, se podía escuchar en la página web de Extremoduro su nueva canción "Dulce introducción al caos", la cual en un primer momento resultaba agradable al oído y en posteriores audiciones resultaba maravillosa. Muchos han sido los que, como yo, han esperado pacientemente que salga el disco completo anunciado, en principio, para comienzos del verano y que no ha visto la luz hasta la semana pasada. Mientras hemos sobrevivido con esa nueva canción y con algún que otro reportaje que se ha publicado en alguna revista y que comentaba maravillas del nuevo disco. De la misma forma hemos esperado pacientemente para hacernos con las entradas para los conciertos que están dando por muchas partes de la geografía española (lamentablemente no toda, ya que a Gran Canaria no vienen y tengo que ir a la isla vecina para verlos).El día 9 salió al mercado el disco y al día siguiente me lo descargué para escucharlo, ya que no me lo he comprado por si me lo regalan para mi cumpleaños, pero si hoy no aparece mañana mismo pienso ir a comprarlo original. Muchos son los que decían que Extremoduro había pasado ya su mejor época, que estaban muy quemados y que estaban secos de ideas. Esto por parte de los que lo han seguido, ya que los detractores siguen sosteniendo que sólo saben hablar de drogas y de tonterías (estos últimos deberían escuchar bien las canciones y no simplemente oírlas, pero ese es otro tema). Pues al momento después de descargarlo lo pasé a mi ipod para escucharlo mientras estudiaba y...que experiencia tan grandiosa. Hacía mucho que un disco no me emocionaba de esa manera (no tanto realmente si contamos los "Sueños de un hombre despierto" de Ismael Serrano, pero últimamente han sido bien pocos). El disco no se aprecia en su justa medida hasta la tercera o cuarta escucha, pero desde el principio engancha. Sigue unas melodías preciosas y unos arreglos musicales más que correctos, mientras que las letras de van meciendo por un análisis del mundo desde el genuino punto de vista de Roberto Iniesta. Bajo mi punto de vista es lo mejor que han hecho hasta la fecha, y recalco lo de hasta la fecha porque parece que estos señores no tienen límite. La segunda canción del disco, que se llama "Primer movimiento: El sueñó" debe pasar directamente a ocupar un lugar privilegiado entre los clásicos del grupo. Es sencillamente una canción grandiosa. El disco en general me parece una obra maestra, pero esta canción en particular es increíble.
Por supuesto esto es un análisis desde mi completa subjetividad y mi más que completa ignorancia, pero aconsejaría a cualquier persona que por lo menos le dedicara los 45 minutos que dura el disco a escucharlo aunque sea una vez. Aunque advierto que la experiencia puede ser adictiva.
PD - Comentaré después del 31 de octubre cómo ha sido el verlos en directo por fin.
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